Me niego a poner nombres a los sentimientos.
No quiero poner precio, fecha de caducidad,ni sabores a los besos, ni color a los momentos negros.
Es mejor dejarlos pasar.

10 febrero 2013

Arenas movedizas


Pisando arenas movedizas. Así nos encontramos todos en todo momento. Nunca vamos a poder pisar en un lugar completamente firme en el que estemos fuera del peligro de hundirnos… Debemos pensar en la posibilidad de un traspié, un resbalón o incluso una caída considerable que nos hunda casi por completo. Podemos tener la sensación de estar caminando seguros sobre suelo firme pero la realidad es que en la vida, este suelo es transparente, y aunque a veces nos de seguridad en nuestro caminar en cualquier momento puede sumergir nuestro pie y desequilibrarlo, sin embargo, nunca lo podremos ver o prevenir por su transparencia. Esa incertidumbre nos llena de miedos, sin embargo, no es tan importante como sea el camino, sino si cerca del camino tenemos piedras a las cuales sujetarnos. Estas piedras pueden estar formadas de muchas cosas… unas serán más grandes, otras más puntiagudas, unas indestructibles y otras resbaladizas; muchas de ellas tendrán la misma cualidad que el suelo: no las veremos hasta el momento en el cual tengamos que recurrir a ellas. Pero, ¿qué son estas piedras?. Se forman desde nosotros siempre: unas veces a partir de nuestras propias cualidades y otras veces a partir de las cualidades que los otros comparten con nosotros en nuestra interacción. Cada uno de nosotros, creamos esas piedras. Unas serán el resultado de forjar seguridad en nosotros mismos, otras serás piedras de paciencia, piedras de amigos, piedras de familia… Nunca un caso será igual a otro, lo realmente importante es trabajar duramente en su construcción y a veces, ser nosotros piedras también de forma que otros se puedan apoyar en nuestra firmeza.  

Egoísmo positivo

Vivimos en una sociedad en la que reina el concepto de la imagen, la idea de preocuparnos por lo que los otros dirán. Muchas veces ponemos por delante la necesidades de personas que nos rodean por el simple hecho de no hacerles daño de alguna manera o evitar un conflicto e indicamos con un sí, no rebatiendo o con nuestros propios actos que nos podemos mostrar comprensivos con ellos y empáticos, incluso ante cosas que sabemos que no están bien, consiguiendo con ello olvidarnos de nosotros mismos. Pasa a tener más importancia nuestro entorno en vez de nosotros y lo que sentimos ante ciertas cosas, y hace que parezcan más importantes tonterías, en las que acabamos gastando mucho tiempo dándole vueltas, que lo que realmente es importante. Cuando tengamos que decir que no acabaremos, por costumbre y comodidad muchas veces, retrasándolo todo lo que podamos, poniendo excusas y disculpas cuando en realidad no tendríamos que tener ninguna necesidad de hacer eso. 
La mayoría de las veces, cuando hacemos esto es por miedo a romper la armonía que queda, por muy pequeña que sea. Lo actual puede no ser demasiado bueno, pero es estable y seguro y enfrentarse a un cambio, aunque fuese pequeño, significa desestabilizar nuestro mundo... Eso nos genera incertidumbre y nos sentimos inquietos pensando en qué podría pasar si... haciendo que al final retrocedamos un paso y no nos neguemos por muy injusta que nos parezca la situación.
A veces, el problema no reside en el miedo al cambio, sino a tener que negarse y no saber cómo hacerlo. Entonces aparecen sentimientos de frustración y al sentirnos mal con nosotros mismos volvemos al sí por compromiso dejando nuestros deseos, inquietudes e ideas a un lado.
También es cierto que todo tiene sus límites... Una vez se sobrepasan dejamos de pensar en miedos, formas o maneras y el carácter nos hace reaccionar de formas inimaginables. Por ello, todos deberíamos aprender a poner límites en los deseos o caprichos de los demás y aprender a poner barreras que no se puedan traspasar, lo que no quiere decir volvernos egoístas... sólo dejar de complacer innecesariamente a otras personas haciendo que al final abusen de nosotros y de nuestra confianza de forma reiterada y al mismo tiempo conseguir dejar de reforzar su conducta y hacer que se planteen cosas al no darles siempre la razón.

15 agosto 2012

Incondicional


Ojalá esta pluma no pintase impidiendo salir a las palabras. No es cuestión de lo que escriba sólo importa lo que siento… Y puede que el cielo no sea tan gris como los ojos que lo observan, ni la lluvia tan fuerte como mi piel lo nota…
Puedo ser como un barco a la deriva que alza su vela sin más, que se mece con las olas a merced de la tempestad… ¿Será el tiempo mi adversario o mi aliado incondicional? Sólo el tiempo y sus andares podrán descubrir el final. Pero tú… no zozobres, constante y tranquilo debes estar… No dudes que llegarás a puertos, playas o desiertos…mar en calma o puede que mar bravo…mar revuelto y mi corazón en tu mano.
Fuerte como el tronco del árbol que  resiste el fuerte viento, alegre como el niño cuando come caramelos, optimista como el chico que se recupera tras estar enfermo, vital… como siempre has sido y debes estar.  Firme en tu lucha y jamás te harán naufragar… y en caso de que eso ocurra mi mano siempre estará.
Y tú tienes esa fórmula que acelera mis sentidos, esa magia que me invita a soñar…Eres mi mejor momento, mi camino sin salida para no poder olvidar. Y prometo día tras día no abandonarte jamás, que lo que pase ahí fuera lo podremos superar. Días buenos y días malos, eso me da igual… cuando quieres a alguien eres incondicional. Me quedan muchos recuerdos imposibles de olvidar, el olor de tu cuello, el tacto de tus manos y tu mirada abismal… Tus palabras y abrazos, todas tus sonrisas, tus bailes y susurros… tu sincera poesía.  Todo lo que tengo me llega para esperar el momento en el que me vuelvas a buscar… y créeme cuando te digo que contigo nadie se puede comparar… eres esa persona con la que llegar hasta el final.

16 julio 2012

Al revés


Puede, que mañana se escape el Sol, y que tú mires tu despertador, contando segundos con cada promesa. Y puede, que la risa venza al dolor, y que tus labios llenen de sabor, todos los besos que creíste muertos. En cada hoja un sueño impreso, una caricia en el ascensor, una mirada que parece explotar… Días, en los que no recuerdas el olor de aquellos pasos que pudiste dar, entre las sombras de aquel frío invierno.
Recogiendo granos de color, en esa arena fría que te quema, mientras tú luchas entre todo el mal, para nacer entre espuma que te enreda. Clases, en las que aprendimos a olvidar, todo aquello que te prometí que rompería con tus maneras… Y puede, que si me dices “vamos bien” el mundo gire al revés y descoloque la historia entera. Y si mañana, la Luna cambia de color y tiñe el cielo con su voz, olvidaré lo que une el corazón a mi cabeza…
Cordura… esa palabra tan loca, que se equivoca una vez tras otra y pierde trenes en tú estación… 

04 julio 2012

Latidos


Apresurados latidos de corazones que suenan al unísono intentando adaptarse a un mundo con compas propio. Relojes que marcan el tiempo con una única división: el tiempo contigo y el tiempo sin ti… Manos enlazadas, construidas con el material con el que se forjan los sueños… Ojos profundos que muestran lo que con palabras no se puede enseñar… Días de verano con lluvia en tu piel.
Deseas que cada minuto sea eterno y que la vida una tregua nos dé mientras susurras en mi oído canciones de hoy y de ayer. Y de la nada al todo fabricas suspiros mientras se enfría en la mesa el café…  
Llenamos la vida de dulces olores con sabor a miel… parece que empiezo a escuchar el tacto de tu piel. Sonríes y ríes mientras todo da igual; somos tú y yo en esta batalla campal mientras el mundo gira a nuestro alrededor y la brisa sopla con todo su furor moviendo los pétalos del alto balcón hasta la cristalera trasera de tu embarcación. Largos días con mil y un amaneceres pendientes…

29 junio 2012

Papel y tinta



Nací de papel y tinta, impulsada desde las entrañas por el pulso de un corazón que latía con fuerza… Y perdona si me cuelo por tus cálidas pupilas y, sin intención, alguna imagen dejo en tu retina. Y perdona si mi voz hace eco en tu sonrisa sabiendo que no es más que música envuelta en brisa. Y el olor dormido de tu pelo despierta al viento que sopla más allá del recorrido de tus versos y sigue a la voz que diluye los sueños cayendo en el mar de los recuerdos en la tarde pasajera que va muriendo. Voy plasmando los versos de la cósmica poesía que con la Luna creciente que se esconde cada día hace rimas en el aire mientras gime cariñosa en el mar de tus caricias. Son sonetos de azúcar con voz de caramelo, saliva curativa cerca de tu cuerpo… Y el cielo se relaja y mis labios suspiran leyendo entre silencios las cautivas sonrisas que se mecen entre olas de una barca a la deriva bajo el sol de terciopelo. 

02 junio 2012

Y si...



Parece que está en nuestra naturaleza, el creer unido a la prepotencia.
Somos crédulos, pues creemos en cosas que no podemos ver o comprobar: leyes de ciencia, Dios, la historia que los libros cuentan... Sin embargo, hay personas que se empeñan en hacer que todo esto parezca obvio, indudable y evidente, haciéndonos creer con más fuerza. Entonces dejamos de duda a un lado. Es mucho más cómodo así y si empezamos a dudar sabemos que al final, acabaríamos dudando de todo. Pero además de todo esto, también brilla en nosotros la prepotencia, ya que la mayoría además pensarán que creen en lo correcto. Antes la Tierra era claramente plana y ahora el Universo es infinito... ahora procedemos del mono, o somos creación de la religión... Nos sentimos superiores y puede que seamos lo más pequeño... creemos que sabemos más que lo que nadie supo y nos apoyamos en ciencias que a lo largo de los años no ha sido más que rebatida y reenunciada. O nos basamos en una religión, excusa de atrocidades. Todo sea por no utilizar la cabeza.
Y seguimos así, en nuestro día a día, haciendo desprecios a todos lo que difieren en forma de pensar. Si todos creemos que algo es amarillo, quien diga que es verde va a ser el raro, el enfermo, sin contemplar la posibilidad de que éste sea al final, el único acertado. Creamos una ley, la ley de la mayoría.
Y ahora puede que Einstein no tuviese razón y haya una materia más rápida que la mismísima luz... Adios a toda nuestra física. Y si nos equivocamos en algo que parece tan obvio, indudable y evidente, ¿cómo seguir creyendo sin replantearnos todo lo demás?.